ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

jueves, 6 de diciembre de 2012

HAMMELBURG Y EL GENERAL PATTON


Hace unos días publiqué otra entrada sobre este general, el cual siempre me ha parecido que tuvo una intervención muy llamativa durante la II GM. No sé si estaré en lo cierto, pero creo que fue el mejor general de todo el bando aliado. Desde luego, siempre fue el más temido por los nazis. Quizás no tuvo mucha suerte en la vida, porque siempre fue un poco bocazas y al Alto Mando USA nunca le gustaron los generales con mucho protagonismo. Siempre fue un auténtico líder.

            Patton definía habitualmente el liderazgo como “el arte de conseguir que los subordinados hagan los imposible”. O sea, conseguir que hagan lo que no les gusta y lo hagan bien.

            Puede ser que el general Eisenhower, jefe de todas las fuerzas aliadas occidentales, estuviera ya preparando su futura carrera política y, como era un tipo muy soso, pues este tipo de gente podría hacerle sombra.

            Al final de la guerra y con los aliados combatiendo dentro de la propia Alemania, el 26/03/1945 el general Patton ordenó que un grupo de la 4ª División de Blindados rompiera el frente alemán en Ashaffenburg y avanzaran hasta Hammelburg, distante unas 60 millas dentro del peligroso territorio en manos de los alemanes.

 Tendrían que dirigirse al campo de concentración Oflag XIII B y liberar a los oficiales norteamericanos que se encontraban allí presos a fin de traerse a las líneas propias la mayor cantidad posible de ellos.

            Por alguna razón desconocida, los alemanes habían creado ese campo sólo para los oficiales aliados, mientras que existía el Oflag XIII C para el resto de la tropa. Se calcula que en este campo habían encerrado a  unos 5.000 soldados aliados.

            La misión era complicada, porque, aunque la guerra ya estaba llegando a su fin, los alemanes no la daban aún por perdida y combatían con más ahínco que antes, pues ahora estaban defendiendo su propia tierra.

            Algunos autores dicen que el motivo de esta extraña misión realmente fue liberar al yerno de Patton, el teniente coronel Waters Knight, el cual había sido apresado en la campaña de Túnez, en 1943.

            A este campo de concentración habían enviado militares procedentes de otros, como el yerno de Patton, que había estado en otro situado en Polonia y que había sido evacuado a causa del avance soviético. También había muchos oficiales capturados en las Ardenas. Se calcula que había alrededor de 1.500 oficiales aliados.

            Parece ser que la evacuación desde el anterior campo, en Polonia, hasta allí se realizó a pie casi todo el camino. La distancia aproximada son unas 340 millas y tardaron unas 7 semanas en realizarlo.

            Patton no tenía ni idea de que su yerno estuviera allí, pero, por lo visto, se lo dijo Eisenhower, que había recibido un aviso de la Cruz Roja Internacional.

            Cuando llegaron al campo se encontraron que no tenían vehículos suficientes para transportar a tantos prisioneros y, como, además, estaban muy débiles, optaron por llevarse a los que pudieran ser aprovechables para combatir.

            Es normal que estuvieran muy débiles a causa del cansancio de la larga marcha, aparte de que la alimentación y la madera para calentarse eran muy escasas. Parece ser que la temperatura habitual dentro de los barracones era de -7ºC.

            Los alemanes detectaron la presencia de esa unidad USA y dirigieron hacia allí algunas de sus unidades.

            El propio yerno de Patton intentó parlamentar, pero fue herido por un vigilante alemán y trasladado a la enfermería del campo. Los aliados fueron derrotados.

            Cuando el grueso de las tropas USA conquistó esa zona primeros de abril, fue evacuado e ingresado en un hospital militar.

            A causa de esta fallida operación, Patton tuvo que aguantar las reprimendas de Eisenhower y de Bradley, por haber perdido tantos hombres y armamento.

            Parece ser que tenía que haber enviado una unidad mayor para realizar esa misión, pero pensaban que no había tantas tropas alemanas en esa zona.

            En resumen, de los 300 hombres que componían esa unidad, sólo pudieron volver a sus líneas 12 soldados y 25 prisioneros. Los 57 vehículos que la componían se perdieron en la lucha, incluidos tanto blindados como simples jeeps.

            El declaró a la prensa que no sabía que estuviera allí su yerno, pero que se le había ocurrido esta idea antes de que los alemanes asesinaran a todos los presos, como solían hacer al evacuar estos campos.

            Algunos dicen que Patton se inspiró en un rescate de prisioneros efectuado por los Rangers en Filipinas, en enero de 1945.

            Para terminar, me gustaría hablar un poco sobre la vida del general Patton.

            Nació en 1885 en California, y fue miembro de una adinerada familia con gran tradición militar, que se remonta a la Guerra de la Independencia USA.

            Uno de sus abuelos fue general en el bando confederado, durante la guerra civil, y murió en una de las batallas de la misma.

            Su propio padre fue muy amigo del general Mosby, uno de los héroes de la caballería USA, lo cual, según parece, le influyó para que se decidiera por seguir la carrera militar.

            Estudió un curso de preparación en el Instituto militar de Virginia, para trasladarse luego a West Point, donde se graduó en 1909.

            En 1912 representó a los USA en los Juegos Olímpicos de Estocolmo, en la disciplina de pentatlón moderno, que era la primera vez que se realizaba en unos juegos.

            Aunque hubo discusiones sobre su prueba de tiro, quedó en quinto lugar, pues no pudo demostrar que la segunda bala había pasado por el mismo agujero que había realizado la primera en la diana.

            En 1916 participó con su unidad en una expedición punitiva sobre México, bajo el mando del general Pershing, conocido porque luego estuvo al mando de las tropas enviadas por USA a la I GM.

            Allí se hizo famoso ante la opinión pública, pues al mando de un simple pelotón consiguió derrotar y acabar con la vida de uno de los más importantes mandos del ejército de Pancho Villa.

            Durante la I GM fue destinado a Europa, donde Pershing le dio el mando del recién creado Cuerpo de tanques. Con ellos participó en la  batalla de Cambrai, la primera donde se utilizaron estos vehículos de forma autónoma del resto del Ejército.

            Gracias a sus éxitos y al desarrollo de su escuela para tripulantes de  tanques, fue ascendido hasta el rango de teniente coronel y se le puso al mando de toda la fuerza de tanques del ejército USA en la I GM.

            En 1918 fue herido cuando intentaba ayudar a los tripulantes de  otro tanque para sacarlo del barro.

            Mientras permaneció hospitalizado, fue condecorado varias veces y ascendido a coronel, pero al recibir el alta, no pudo volver al frente, porque la guerra había concluido.

            En los años 20 conoció a Eisenhower, con el que hizo buena amistad. Esta relación sería muy importante durante la II GM.

            Durante el período de entreguerras se dedicó a pedir más fondos del Estado para mejorar los tanques del Ejército, sin mucho éxito. También escribió varios artículos sobre la conveniencia de dar más protagonismo a estos vehículos en el frente.

            Posteriormente, estuvo al mando de algunas unidades acuarteladas en Hawai y en Virginia.

            Tras el comienzo de la II GM y la observación de la guerra relámpago, que utilizaban los nazis, pudo conseguir algunos fondos del Congreso para mejorar los tanques USA. Se creó una brigada blindada y fue ascendido a general de la misma. Posteriormente, se convirtió en una división y él fue ascendido a general de división.

            Fue muy elogiado durante las famosas maniobras realizadas en 1941 en Louisiana.

            En 1942 desembarcó en Marruecos al mando del I Cuerpo blindado USA, durante la operación Torch. Allí, su barco fue atacado por un barco francés a la entrada del puerto de Casablanca.

            Tras la derrota de las tropas USA ante Rommel fue nombrado teniente general al mando del II Cuerpo de Ejército, destacado en el desierto.

            A pesar de que les exigió mucho, siempre fue muy popular entre sus tropas y así pudieron, en una acción concertada entre Montgomery y él, derrotar a los alemanes y expulsarles del norte de África. A pesar de ello, nunca tuvo buenas relaciones con el general británico, achacándole no adaptarse a la realidad de la contienda.

            Volvieron a encontrarse los dos en Sicilia y allí siguieron los dos compitiendo por llegar cuanto antes a Messina.

            En ese escenario tuvo algún problema, como cuando abofeteó a un soldado convaleciente por fatiga de combate. Inmediatamente, se desató una campaña de prensa contra él.

            Fue relevado del mando justo antes de iniciarse la invasión de Italia. Su prolongada estancia en Sicilia hizo pensar a los alemanes que estaba organizando un ejército para desembarcar en el sur de Francia. Esto hizo que muchas unidades alemanas no fueran llevadas al frente y las reservaran para un posible desembarco aliado por esa zona.

            Los aliados se dieron cuenta de que Patton era muy respetado entre los alemanes. Así que, antes del Desembarco de Normandía, lo dejaron en el Reino Unido, como si estuviera organizando un Cuerpo de Ejército, que era inexistente, para un futuro desembarco definitivo en Calais y hacerles pensar que lo de Normandía era un simple señuelo. Con esa táctica, los aliados lograron que los alemanes no movieran de Calais una serie de potentes unidades blindadas en previsión de un desembarco aliado en esa zona.

            Por fin, un mes después del desembarco, fue destinado a Normandía como jefe del III Ejército USA. Inmediatamente y dentro de la Operación Cobra, de la que hablaré en otra entrada, se abrió paso hacia el centro y el sur de Francia. Para ello, incluso, utilizó tácticas, como la guerra relámpago, propias de los alemanes. Se dice que avanzó 900 Km. en sólo dos semanas.

Sus fuerzas envolvieron París para dejar así que Leclerc pudiera hacer su entrada triunfal con tropas francesas, donde había muchos españoles.

A finales del 44 los alemanes organizaron su última gran ofensiva, conocida hoy en día como la de las Ardenas.

El 16/12/1944 el Alto Mando alemán lanzó 29 divisiones contra un punto de las líneas aliadas, dirigiéndose hacia el río Mosa. Debido a la niebla y a la nieve pudieron avanzar muy rápidamente sin ser molestados por la aviación aliada.

Cuando Patton se enteró, sin consultar antes con Eisenhower, tomó la determinación de dirigir sus tropas hacia el norte para ayudar a las fuerzas que estaban allí sitiadas, en la zona de Bastogne. Dicen que fue su mejor maniobra en la guerra.

Los alemanes les llevaban mucha ventaja, pues se habían beneficiado de condiciones climáticas que les harían invisibles a los aparatos enemigos, debido a la niebla y la nieve. 

También se beneficiario de la llamada Operación Greif, de la cual ya he hablado en otra entrada anterior.

Patton llegó a condecorar a un sacerdote al cual le había encargado una oración para que hubiera buen tiempo durante 24 horas, las cuales les permitirían avanzar y bombardear al enemigo.

En febrero pudo proseguir su avance, llegando hasta la zona del Sarre, con la idea de dirigirse hacia Praga. Tuvo que parar su avance, pues el Alto Mando le ordenó que dejara esa zona para los rusos.

En una de sus reuniones con éstos, en el transcurso de una charla, dio su opinión contraria al comunismo, lo que hizo que fuera relevado discretamente del mando.

Tras este incidente, fue nombrado gobernador de Baviera, donde no le importó en absoluto contar con antiguos nazis para realizar sus proyectos civiles, porque los consideraba gente muy competente. Esto no gustó nada al Alto Mando y fue destinado a una modesta unidad que se dedicaba a escribir una historia de la II GM. Esto le hizo plantearse dejar el Ejército.

Posteriormente, lo enviaron a otra unidad, donde el 09/12/1945 sufrió un grave accidente de tráfico, que le llevó a la muerte el 21 del mismo mes, siendo enterrado en un cementerio militar en Luxemburgo. En su momento, se rumoreó que ese accidente había sido muy sospechoso y pudiera haber sido causado por una trama contra él.

Se cuenta que tuvo muchas visiones, donde decía hallarse en batallas de la Antigüedad. En ellas se veía a sí mismo como un legionario romano, un comandante de Napoleón o como el mismísimo general cartaginés Aníbal.

También decía que solía comunicarse con sus ancestros, los cuales le asesoraban sobre la mejor manera de dirigir sus ataques al enemigo.

Los soldados lo idolatraban, porque odiaba a los cobardes y premiaba continuamente los actos de valentía.

Tampoco tuvo nunca en gran estima el valor de los soldados negros, aunque muchos de ellos sobresalieron en los combates.

Sus soldados lo veían como el mejor jefe que podían tener para salir con vida al final de la guerra.

Algunas de sus frases fueron: “El valor es aguantar el miedo un minuto más”, "El secreto de la victoria no radica pura y exclusivamente en el conocimiento. Merodea invisible en esa chispa vitalizadora, intangible, sin embargo evidente como un rayo, que es el alma guerrera. La firme determinación de adquirir un alma guerrera, adquiriéndola para conquistar o perecer con honor, es el secreto de la Victoria.",”No queremos que nuestros soldados mueran por su patria, sino que los del enemigo mueran por la suya”.

           

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