ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 30 de junio de 2013

EL GENERAL CURTIS LE MAY



Esta vez traigo a otro tipo de esos que, si hubiera perdido USA la II Guerra Mundial, lo hubieran procesado como criminal de guerra. No es que lo diga yo, sino que
lo reconoció él mismo en su momento. En fin, un tipo duro de esos que le gustan a los periodistas, porque les ofrecen buenos y variados titulares de prensa.
            Curtis Emerson Lemay nació en 1906, en Columbus (Ohio). Miembro de una familia muy modesta, que se pasó varios años recorriendo el país en busca de mejores oportunidades.
            Consiguió acabar sus estudios y luego, en la Universidad Estatal de Ohio, obtuvo la licenciatura en ingeniería civil. O sea, que tonto no era, quizás bastante brutote.
            Al mismo tiempo que realizaba sus estudios universitarios, se enroló en la Reserva Aérea y destacó como piloto. Así que ya en 1930 fue fichado por el Cuerpo del Aire del Ejército USA. Recordemos que la USAF aún no se había fundado.
            Fue destinado a una base de Hawai y allí realizó cursos de navegación aérea. Así, en 1937, consiguió uno de sus mayores logros, pues pudo localizar al acorazado Utah, a pesar de haber recibido mal la posición por parte de la Armada, en un ejercicio conjunto entre ambos cuerpos.
            Hizo muchas horas de vuelo con aviones B-17 a diferentes destinos y en muchos tipos de misiones.
            Tenía a sus tripulaciones en constante entrenamiento, pues decía que la formación era fundamental para salvar sus vidas.
            Al entrar los USA en la II GM nuestro personaje era comandante de las Fuerzas Aéreas.
            Su unidad fue desplazada al Reino Unido en octubre de 1942 y desde allí se dedicaron a bombardear habitualmente el territorio europeo ocupado por los nazis.
            En 1943 fue ascendido a jefe de la 3ª División Aérea, participando él mismo en varios combates.
            Al principio, no podían volar muy lejos, pues no les podían acompañar sus cazas y soportaron muchas bajas a causa de la defensa antiaéreas y los cazas enemigos. Más tarde, les asignaron como escoltas los P-51 Mustang y con ellos pudieron defenderse mejor, porque les acompañaban durante todo el viaje.
            En agosto de 1944 se le destinó al teatro de operaciones de Asia y Pacífico. Allí dirigió dos
grupos de bombardeo.
            Se convenció de que el bombardeo a gran altura no era eficaz, pues solía hacer mucho viento y desviaba las bombas de sus objetivos, aparte de que muchas ciudades solían estar cubiertas por la niebla y no era posible un bombardeo de precisión.
            Así que optó por los bombardeos nocturnos a baja altura con bombas incendiarias que marcaran el camino a la siguiente oleada.
            Llegó a ordenar que les quitaran defensas a los bombarderos para cargar más explosivos e, incluso, comandó personalmente muchos de aquellos bombardeos sobre Japón, incluido el del 09/03/1945, el más sangriento de la guerra.
            No hay cifras concretas, pero se piensa que esas campañas de bombardeo provocaron la muerte de unos 500.000 japoneses y la destrucción de las viviendas de unos 5.000.000 de personas.
            También hay que mencionar que los carceleros japoneses tomaron represalias con los prisioneros de guerra y también que muchos murieron al ser bombardeados sus centros de reclusión.
            Él era consciente del sufrimiento provocado, pero decía que estaba justificado si así la guerra se acababa un día antes.
            En cambio, los japoneses tuvieron que gastar mucho dinero en reubicar sus industrias y dispersarlas para no ser destruidas por los bombardeos. Eso hizo que se pudieran fabricar menos armas.
            También intentaron vencer a Japón causando el hambre a su población, pues bombardearon todos sus centros de comunicaciones y ab
astecimientos.
            Tras la guerra realizó algunos vuelos sin escalas, a fin de ganar ciertos récords, como el que hizo a bordo de B-29, entre Japón y Washington.
            En la posguerra fue destinado un breve período de tiempo al Pentágono, como jefe de investigación y desarrollo.
            En 1947 volvió a Europa como jefe de la Fuerza Aérea USA y dirigió en 1948 el famoso Puente Aéreo sobre Berlín.
            Ese mismo año volvió a USA para dirigir el SAC (Comando aéreo estratégico). Allí se escandalizó de la falta de material y de formación de las tripulaciones y también por la falta de seguridad de las instalaciones, que, no olvidemos, tenían allí almacenadas bombas atómicas.
            En 1949 propuso la estrategia de atacar, en una futura guerra nuclear, con todo a la vez, para aprovechar la sorpresa sobre el enemigo, pues consideraba que la URSS estaba mnuy por detrás y había que aprovecharse de la ventaja USA. Para él, la guerra nuclear ea inevitable y quería asegurarse la victoria como fuera.
            En 1951, con sólo 44 años, se le ascendió a general de 4 estrellas. Por ello, fue el general más joven que obtuvo ese grado.
            Entre 1956-57 consiguió poner en marcha la maquinaria de todos los aviones del SAC y desarrollaron la práctica del reabastecimiento en vuelo. También se ocupó de la disposición de los misiles para ser utilizados en cualquier momento. Siempre fue muy exigente con la formación de su personal. A pesar de ello, también se dice que se preocupó mucho por el bienestar de sus tripulaciones y el material empleado.
            En 1957 fue nombrado vice-jefe del estado Mayor de la USAF y en 1961 fue ascendido a 5º jefe del Estado Mayor de la USAF.
            También abogó por la presencia de mayor cantidad de satélites para hacer frente a una guerra electrónica en el futuro.
            Cuando llegó la famosa Crisis de los Misiles de Cuba, su postura fue inequívocamente a favor del bombardeo de ese país, incluso, después de la retirada de los soviéticos. Calificó la solución pacífica de la crisis como “la mayor derrota de nuestra Historia”.
            Durante la guerra de Vietnam recomendó el bombardeo de todas las instalaciones y ciudades vietnamitas del norte. No fue escuchado, porque Johnson temía que, si bombardeaba los puertos, donde había barcos chinos y rusos, haría que estos países entraran en la guerra.
            Tuvo frecuentes altercados con algunos presidentes, pues organizó sin permiso algunos vuelos sobre territorio soviético para demostrar sus teorías sobre ellos.
            En la época de Nixon parece que hicieron más caso a sus teorías sobre Vietnam, pero hay que reconocer que las condiciones de la guerra y de la política eran diferentes.
            En 1965 se retiró de la Fuerza Aérea y fue fichado como candidato a vicepresidente con el partido independiente de Wallace.
            Recibió muchos palos de la prensa, pues, por un lado, Wallace era rotundamente segregacionista y, por otro, se utilizó mucho su frase de hacer volver a los enemigos a la Edad de Piedra. Así, sólo venció en 5 estados de USA. No es de extrañar, porque una de sus afirmaciones en la campaña fue que el pueblo USA temía una guerra nuclear con la URSS, pero él no.
            Fue condecorado en muchas ocasiones por diversos países, incluso por Japón, a pesar de la cantidad de víctimas que provocó su estrategia en ese país. También fue promovido como doctor “honoris causa” por diversas universidades.
            Lo curioso del asunto es que su unión con Wallace le creó muchos problemas, pues se le tildó de racista, cuando, por el contrario, había estado siempre en contra de esa política en el Ejército.
            Se pueden citar algunas de sus célebres frases:
Matar Japoneses no me molestaba demasiado en ese momento...Supongo que si hubiésemos perdido la guerra, hubiese sido juzgado como un criminal de guerra...”

“Si matas suficientes van a dejar de pelear”
           
“Un reportero una vez le pregunto a LeMay por que los Estados Unidos necesitaban más misiles nucleares cuando ya tenían suficiente poder nuclear para reducir a la Unión Soviética a cenizas y él contestó "Porque quiero ver a las cenizas bailar".”

sábado, 29 de junio de 2013

EL DESTINO DE TRES MILITARES ANTES DE LA GUERRA CIVIL



Cuando se habla del Ejército español en vísperas de la Guerra Civil, la mayoría de la gente suele pensar que la mayoría de los militares estaban influidos por ideas de tipo fascista, tan en boga por esa época.
            Yo creo que, efectivamente, había muchos que pensaban así, aunque me parece que a la mayoría le daba lo mismo, como suele ocurrir hoy en día en lo que se refiere a la relación de la gente con los partidos políticos.
            Se me ha ocurrido traer aquí a tres militares, que, aparentemente, no son muy conocidos, pero que tuvieron mucha importancia para el inicio de la Guerra Civil.
            Voy a empezar por un personaje casi totalmente desconocido. Se llamaba Carlos Faraudo y de Micheo.
            Nació, como muchos militares, en el seno de una familia de la alta burguesía. Vino al mundo en Madrid en 1901.
            Estudió la carrera militar, obteniendo en 1923 su despacho como oficial de Ingenieros.
            Acto seguido, estuvo en África, donde algunos afirman que, posiblemente, conoció allí a los otros dos personajes, pues estuvieron todos destinados en Regulares.
            En 1932, una vez ascendido a capitán fue nombrado miembro de una comisión del Ejército español, que se encargaría de adiestrar al Ejército boliviano. Al estallar la llamada Guerra del Chaco, volvieron a España, para no poner en peligro la neutralidad de España en ese conflicto sudamericano.
            Al regreso a nuestro país se cree que tomó contacto con miembros del PSOE y asumió esos ideales. Parece ser que conoció a Largo Caballero y luego se ofreció como instructor de las milicias de las Juventudes Socialistas.
            En 1934, al llegar la Huelga General Revolucionaria, se le asignó como oficial al mando del servicio militarizado de tranvías de Madrid. Él se negó a obedecer esa orden y, tras someterle a un consejo de guerra, fue encarcelado en el Hospital Militar de Carabanchel, por motivos de salud.
            En 1936, con la llegada al poder el Frente Popular, fue amnistiado y reingresó en el Ejército.
            Poco pudo gozar de esa libertad, pues fue amnistiado en febrero y, en el mes de mayo del mismo año, le asesinaron.
            Ocurrió durante un paseo con su mujer, cerca de su domicilio, en la calle Alcántara, de Madrid. En el conocido Barrio de Salamanca.
            Unos pistoleros falangistas bajaron de un coche y le dispararon con balas explosivas. A uno de los asesinos se le encasquilló la pistola y no tuvo oportunidad de rematarle, así que optaron por huir de allí.
            Aunque fue trasladado a una clínica cercana, donde le atendió el doctor Bastos, amigo suyo, no pudo hace mucho por él, a pesar de operarle durante horas, el daño había sido muy grave y el enfermo falleció allí mismo.
            A su entierro, que apareció en la mayoría de los periódicos, asistieron miles de personas, sobre todo, miembros del PSOE y de las Juventudes Socialistas.
            Nuestro segundo personaje quizás es el más conocido popularmente de los tres. Su nombre fue José del Castillo Sáenz de Tejada y, aunque parezca mentira, tenía un lejano parentesco con el fundador y líder de la Falange, José Antonio.
            Además, su madre procedía de la estirpe de los condes de Ripalda, título que ostenta actualmente la madre de D. Jaime de Marichalar.
            Estudió bachillerato en Granada, casualmente, en el mismo centro, el Sagrado Corazón, donde estudió García Lorca. Otra casualidad más.
            Estudió en la academia de Infantería, saliendo de allí en 1922 y tomando parte en la Guerra de África, dentro de los famosos Regulares de Tetuán.
            Tomó parte en numerosos combates y hasta en el Desembarco de Alhucemas, que acabó con esta sanguinaria guerra.
            Se cree que había asumido las ideas socialistas tras conocer allí a Fernando Condés y luego coincidir en la península, pues, tras la guerra, fue destinado a un regimiento de Infantería en Alcalá de Henares.
            En 1934, su regimiento es enviado a reprimir la sublevación de Asturias. Allí se le da el mando de una sección de morteros y se le ordena disparar contra la gente. Él se negó diciendo: “Yo no tiro sobre el pueblo”. Eso le costó un consejo de guerra y una pena de un año en una prisión militar.
            Con la llegada del Frente Popular, pidió su traslado a la recientemente fundada Guardia de Asalto. En marzo de 1936 es destinado al cuartel de Pontejos, situado justo al lado de la madrileña Puerta del Sol.
            Su actividad la compaginó con su afiliación a la UMRA y como instructor de las milicias de las Juventudes Socialistas.
            El 14 de abril de 1936, durante el desfile celebrado por el aniversario de la proclamación de la II República, fue asesinado el alférez Atanasio de los Reyes, perteneciente a la Guardia Civil, el cual asistía al mismo de paisano.
            El comportamiento del Gobierno, en relación con este hecho, fue un verdadero escándalo. Publicó una esquela donde no se decía ni el lugar, ni la hora del entierro, para que se hiciera en un entorno familiar. Sin embargo, sus compañeros no estuvieron de acuerdo e instalaron su capilla ardiente en el cuartel que todavía existe en Príncipe de Vergara, de Madrid.
            El féretro fue llevado a hombros por sus compañeros por un itinerario designado por el Gobierno. No asistió ningún ministro, pero sí una multitud de diputados de derechas, falangistas uniformados, gran cantidad de militares y miembros representativos de todos los rangos de la Guardia Civil.
            En el trayecto hasta la plaza de  Manuel Becerra fueron interrumpidos por miembros ultraizquierdistas, que, incluso, llegaron a disparar algunos tiros contra el cortejo.
            Al llegar a la citada plaza, les esperaba la Guardia de Asalto, con la orden de disolver ese cortejo, que se había convertido en una manifestación de carácter político. Al frente de las unidades de Asalto se hallaba el teniente Castillo.
            Parece ser que hubo un gran forcejeo y uno de sus hombres mató de un disparo a un joven que luego se supo que era primo de José Antonio.
            Tras esto, se dice que la gente se enardeció y el propio teniente, que, según dicen, perdió los nervios, disparó contra un joven carlista, al cual hirió gravemente. Los manifestantes intentaron linchar al teniente, pero pudo salir de allí con vida gracias a la ayuda de sus subordinados.
            A pesar de este suceso tan grave, el teniente sólo fue detenido durante unas horas y ni siquiera fue procesado, lo cual era absolutamente ilegal.
            A partir de ahí, se prodigaron las amenazas contra él y sus superiores le recomendaron que aceptara otros destinos fuera de Madrid, a lo que él siempre se negó.
            No obstante, fue obligado en abril a acompañar al presidente de la República en ese momento, Martínez Barrio, en su visita a Sevilla.
            A su vuelta, ya intentaron por dos veces asesinarlo, saliendo milagrosamente ileso. No obstante, las milicias socialistas, que él había estado entrenando, se dedicaron a escoltarle, sin que él se diera cuenta, en los trayectos entre el cuartel y su casa.
            El 12 de julio, fue a las Ventas a la corrida que hubo esa tarde. Allí una militante socialista le dijo que se rumoreaba que ese día pensaban atentar contra él, pero él le contestó que no pensaba esconderse.
            Al acabar el espectáculo, dejó a su mujer en su  domicilio de la calle Augusto Figueroa y se dirigió hacia su trabajo, junto a la Puerta del Sol.
            Hacia las 10 de la noche, giró hacia la calle de Fuencarral y allí, junto a un oratorio que aún existe, fue disparado por unos desconocidos, que tras asesinarle, huyeron y no fueron capturados.
            Un periodista que pasaba por allí le llevó hasta un centro sanitario, que había en la calle de la Ternera, pero nada pudieron hacer por él.
            Su muerte fue muy importante y con nuestro siguiente personaje veremos el motivo.
            En cuanto a la identidad de sus asesinos, en un principio se le echó la culpa a la Falange, que era la que más actuaba por entonces, pero, con el paso de los años, se ha demostrado que fueron unos jóvenes requetés carlistas.
            El siguiente militar se llamaba Fernando Condés. Seguramente, este nombre no os dirá nada, pero ya veréis cómo fue un personaje importante en nuestra Historia.
            Nació en Vigo en 1906, siendo su padre oficial de Infantería. Siguiendo la tradición militar, fue a la academia de Infantería y de allí salió como oficial destinado a la Guerra de África.
            Como ya he dicho antes, seguramente allí coincidió con los otros dos personajes y, especialmente con José del Castillo, pues ambos combatieron en Regulares.
            En 1928 consiguió ingresar en la Guardia Civil y, posteriormente, a través de la diputada socialista Margarita Nelken, fue trabando amistad con dirigentes de este partido, como Amaro del Rosal o el mismísimo Largo Caballero, líder de la corriente más izquierdista de esa formación política.
            En 1934, tomó parte en los sucesos revolucionarios, intentando ocupar, con el apoyo de algunas tropas, el Parque de Automóviles de la Guardia Civil, donde él estaba destinado. Por ello, fue sometido a un consejo de guerra y encarcelado.
            Al igual que el anterior, con la victoria del Frente Popular fue amnistiado y readmitido en la Guardia Civil, siendo ascendido al empleo de capitán. No obstante, como no tenía muchas simpatías en ese Cuerpo, fue designado como disponible forzoso y no le dieron ningún destino.
            Ingresó en la UMRA, asociación de militares antifascistas, donde también estaban nuestros otros dos personajes de hoy.
            También actuó, junto con el teniente Castillo, como instructor de la unidad motorizada, formada por miembros de las Juventudes Socialistas, que solían ser los guardaespaldas de Prieto.
            En ese año se produjeron varios asesinatos importantes. Podemos destacar el del 7 de mayo, del capitán Faraudo, mencionado anteriormente, y el del 12 de julio, del teniente Castillo, muy amigo de Condés.
            Eso hizo que se congregaran en el cuartel de Pontejos, donde estaba destinada la víctima, varios miembros de las Juventudes Socialistas, guardias de Asalto y el propio Condés.
            Un grupo de ellos, dirigido por Condés, consiguió una furgoneta policial. Con ella se trasladaron en un principio hasta la casa de Gil Robles, pero no se encontraba allí. Así que se decidieron por ir a la casa del líder derechista José Calvo Sotelo.
            Le ordenaron que se vistiera y que les acompañara a la Dirección General de Seguridad. 
Al principio, la víctima no se fio de ellos, pero al ver que estaban dirigidos por un oficial de la Guardia Civil, les acompañó.
            Dentro del coche, a la altura de la calle Serrano, Calvo Sotelo, fue asesinado por uno de los pistoleros del grupo. Según parece, el autor fue el socialista Luis Cuenca.
            Por la mañana, Condés se presentó absolutamente desesperado en la sede del PSOE, pidiendo ver a alguno de los dirigentes del partido. Como no había ninguno disponible, se llamó al diputado Juan Simeón Vidarte.
            Al entrevistarse con él, le dijo que no había sido su intención hacerlo y que sólo pretendía secuestrarle durante unos días. El diputado le dijo que lo mejor era esconderse durante un tiempo y le facilitaron una casa de Margarita Nelken.
            También le dejaron muy claro que había cometido una estupidez, que llevaría al país, en pocos días, a una lucha sin cuartel.
            Luego estuvo presente en el asalto al Cuartel de la Montaña y murió al poco de iniciarse la guerra en los combates habidos en Somosierra, junto a Madrid.
           
           

domingo, 23 de junio de 2013

EL DISCUTIDO BOMBARDEO DE COVENTRY



Coventry es una ciudad del centro de Inglaterra, situada a unos 150 km de Londres, que tiene actualmente una población superior a los 300.000 habitantes.
            Siempre ha sido una ciudad muy industrial. Actualmente, entre otras cosas, se fabrican aquí los conocidos taxis negros que circulan por Londres. Incluso, la casa Jaguar, dedicada a los automóviles de lujo, tiene aquí su sede.
            También tiene 2 universidades y, además, cuenta con el equipo del Coventry de la Premier league inglesa de fútbol.
            Durante la II Guerra Mundial fue una de las ciudades que sufrió más bombardeos a causa de tener bastantes fábricas. En un principio, no fueron excesivamente preocupantes. Poco a poco se fueron incrementando, hasta llegar al 14/11/1940, donde unos 500 bombarderos alemanes dejaron caer sus bombas sobre esta ciudad, dejándola prácticamente destruida. Se empezó a usar el término “coventrizar” para hablar de estos bombardeos a gran escala.
            También bombardearon de esta forma otras ciudades como Bristol, Liverpool, Plymouth, etc.
            En la época de la II GM, Coventry, era una ciudad netamente industrial con una población aproximada de unos 180.000 habitantes.
            Lógicamente, tras el inicio de la guerra, muchas de esas fábricas se utilizaron para producir armamento o vehículos para la misma. Así se producían blindados, aviones, accesorios para los mismos y material para los soldados del frente.
            El 25/06/1940 llegó el primer bombardeo sobre la ciudad, que fue bastante leve, aunque murieron 16 personas. En esta época, se procuraba atacar exclusivamente centros militares o estratégicos.
            El 24/08/1940 Londres fue bombardeado, aunque los alemanes dijeron que fue por un error. Lo cierto es que Churchill no aceptó las disculpas y tomó venganza bombardeando Berlín. Así, la presión subió y empezó la guerra total.
            Entre los días 07/09/1940 y 16/05/1941 las ciudades británicas fueron bombardeados sin compasión por los alemanes, simplemente, para amedrentar a sus habitantes.
            En octubre de 1940 la aviación alemana realizó pequeños bombardeos sobre la ciudad, mientras que la RAF se vengó bombardeando Múnich, lo cual provocó miles de muertos.
            Este incremento de la violencia hizo que el Estado mayor alemán quisiera dar un golpe muy sonado y se fijó en la “indefensa” Coventry.
            Para ello, reunieron nada menos que 449 aviones, que arrojaron 150.000 bombas incendiarias, 1.400 bombas con 503 Tm de explosivo de alta potencia y 130 minas marinas. Desconozco por qué lanzaron las minas marinas, pues Coventry estaba en el centro del país. Supongo que no tendrían otra cosa más gorda para lanzarles.
            Al anochecer del 14/11/1940 todos los aviones despegaron desde sus bases en Francia. Para guiarse, utilizaron un sistema parecido al que se usa todavía en las operaciones de aterrizaje sin visibilidad. Se emite un haz de radio con puntos a un lado de los aviones y otro con rayas al otro lado. Donde se entrecrucen y se oigan las dos señales, simplemente, es donde hay que dejar caer las bombas, sin preocuparse de los objetivos.
            A las 19.00 la sirenas dieron el aviso a la población civil para que les diera tiempo a llegar hasta los refugios.
            A las 19.20 comenzaron a disparar las baterías antiaéreas. El cielo se llenó de luces entre las balas trazadoras, los focos y las bengalas que lanzaban la primera oleada de aviones alemanes. Luego vinieron los de la segunda oleada, los cuales arrasaron con sus bombas incendiarias, que sirvieron de referencia lumínica a los de la tercera oleada.
            El bombardeo duró hasta las 2 de la madrugada y a causa de él murieron 550 personas y también hubo miles de heridos a causa del bombardeo y de los incendios.
            En cuanto a los daños materiales, fueron destrozadas todas las fábricas, más de 4.000 casas, edificios públicos y la hermosa catedral gótica, que nunca fue reconstruida. Quedó para siempre como símbolo de la destrucción de la guerra. Al intentar apagar el incendio de la catedral, murieron 26 bomberos, pu
es se les cayó el techo encima.
            Durante el resto de la guerra hubo más bombardeos, pero ya de pequeña escala. En total, se produjeron 1.236 muertos.
            Hasta aquí, por lo que se ve todo es normal. He contado la historia de una ciudad británica castigada por la guerra, como tantas otras. El problema es que en su momento salió a la luz una noticia que venía a decir que el Gobierno británico sabía con antelación que esa ciudad iba a sufrir ese enorme bombardeo y no avisó a la población, ni se molestó en evacuarla.
            La razón podría estar en que los aliados tenían un “arma secreta”, que les daría mucha ventaja durante toda la guerra: la máquina Enigma, y no querían que los alemanes supieran que habían descifrado su sistema de claves.
            Por cierto, hoy en día, los británicos se vanaglorian de haber descubierto el sistema de cifrado alemán, pero no es cierto. La realidad es que los descubridores fueron unos matemáticos polacos, que, tras la invasión de su país, llevaron su invento a Francia y luego al Reino Unido, donde le sacaron el máximo provecho. Incluso, los polacos, habían realizado una imitación casi perfecta de la máquina Enigma.
            El Gobierno británico argumentó que sí
era cierto que habían interceptado una serie de mensajes, donde los alemanes se referían a ese ataque,
pero no indicaban claramente qué ciudad iban a bombardear.
            También se ha dicho que, cuando se enteraron de qué ciudad era, ya no hubo tiempo para evacuarla.
            Otros sospechan que sabían algo, cuando unos días antes reforzaron las defensas antiaéreas de Coventry. Por otra parte, se dice que se reforzaron, porque se presentaron muchas quejas  a primeros de mes  por estar mal defendida.
            Según parece, unos días antes atraparon a un piloto alemán, el cual les dijo que en esos días había llegado la orden de bombardear la zona industrial de Inglaterra, pero, según dicen, no concretó que fuera  sobre Coventry.